miércoles, 12 de febrero de 2014

Ahondando en el asunto de la felicidad

Esto


es la viva estampa de un hombre de 50 años totalmente realizado.

Así es, es el famosísimo Tron Guy.

You know him... right?

Pffft... Tratar de explicar un fenómeno de Internet es como tratar de explicar qué es el agua agarrado de un flotador en medio del Océano Pacífico.

It’s fucking everywhere dude.

Pero bueno, por el bien de la comprensión de este post y en aras de tu pereza digamos que Tron Guy adquirió relevancia planetaria en el 2004 (que es como el principio de los tiempo de Internet) por el hecho de haber fabricado él solito su disfraz de Tron y más notoriamente por haber tenido las enormes pelotas de ponérselo, tomarse fotos y subirlas a la red.

Y vos creías que eras nerdo...

Pero la cosa con Tron Guy no para ahí. No señor, no fue algo transitorio. Por muchos años Tron Guy asistió con dicha indumentaria a las convenciones de comics (las Comic-Con que ahora se están poniendo tan de moda acá, tanto que hasta parece que fuéramos civilizados) fue invitado en muchos programas de la tele, salió en America's Got Talent de donde lo echaron por exceso de talento e incluso recientemente salió en un anuncio de tape.

Tape. Como quien dice cinta adhesiva.



Hay gente que lo ama. Hay gente que lo odia. Hay gente como la de America's Got Talent que lo quiere ver muerto.

A lo que voy con todo esto es (y siguiendo con la línea del post anterior)

el tipo es feliz haciendo lo que le gusta. Él es feliz en su universo de Tron de los ochentas y lo que podás decir vos o lo que pueda decir yo o cualquiera le rasura todo lo que se llama spandex.

Es decir, lo ignora. Así, grueso. Like, total denial of reality.

Yo conozco algunos notorios cuántos... pero la verdad es que todos -en mayor o menor grado- somos así. Todos tenemos algo de Tron Guy. Todos tenemos nuestro poco halagador traje de spandex que lucimos aunque la gente nos quiera colgar de los coyoles por inconsecuentes.

Whatever. No importa. Sé feliz. Tal vez la realidad del mundo no se parezca en nada a lo que tienes en tu cabeza pero como decía José Ignacio Guillotin

"es tu cabeza la que tienes atornillada ahí y no la realidad del mundo."

(También dijo "vamos a hacer algo al respecto" pero esa frase es menos conocida)

La realidad del mundo te atornilla de otras diversas formas. Y aún así, para arreglar eso y ser feliz soló necesitas pelotas y cerrar bien las puertas...

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