miércoles, 28 de julio de 2010
Buenas noches, Tigrito
Después de hojear una revista Don Balón edición mundial Sudáfrica 2010 y una Guitar Player especial de Guns N' Roses ya tenías los ojos colmados de sueño. Te arropé con las sábanas, te acomodé la almohada y te di un beso de buenas noches en la frente, ahí donde tenías el morado que te hiciste cuando te caíste el jueves en el colegio.
—Por qué nunca te miro dormir? —me preguntaste de pronto, ya casi dormido.
—Porque cuando te voy a dejar a tu casa aún es temprano. Todavía te tenés que bañar, lavarte los dientes y hasta después de eso te acostás. Y bueno, yo no me puedo quedar ahí con vos pero antes...
Antes...
Recordé antes, cuando estabas mucho más chiquito. Cuando me tocaba hacerte toda clase de micadas para que te lavaras tus 4 dientes porque no mucho que te gustaba... te ponía una untadita de pasta en tu cepillo y vos le echabas agua porque te picaba mucho y nos cepillábamos y nos tardábamos un montón porque se nos iba en hacer chorritos de agua y en hacer caras de pescado. Y te secaba la boca con la toalla y te llevaba cargado a tu cuarto, te metía en las chamarras y me quedaba con vos. Y vos no te dormías porque querías seguir jugando. Y yo apagaba la luz y me inventaba toda clase de cuentos para que te durmieras.
—... me quedaba con vos y te contaba las historias del Oso Antiterrorista, te acordás?
Te reíste.
—Sí me acuerdo.
—Te acordás del oso que sabía kung-fu, usaba ametralladora y misiles y que manejaba avión, tanque, barco y patineta y siempre caía en un volcán en erupción?
Te estabas durmiendo como antes, los ojos cerrados y sonriendo.
—Sí... me acuerdo...
Te volteaste para el otro lado y en un momento estabas roncando (Los niños entran tan fácil al mundo de los sueños. Y uno... otro montón de veces se queda así, en blanco y sin poder dormir, pensando y pensando...)
Y al verte así, me puse a pensar que tal vez algún día recordarás las historias locas de tu padre y te sonreirás. Y caerás en cuenta de que esa era su forma de demostrarte cariño y que hacerte reír era su manera de decir te quiero.
—Y el Oso Antiterrorista iba en su avión cuando le dio el misil que tiraron los Ninjas Asesinos... PUUUGH!! "Oh no! Tengo que brincar en mi paracaídas desde 10,000 kilómetros... No! desde 50,000 kilómetros de altura!!!". Y salta el Oso Antiterrorista y empieza a caer y empieza a gritar "Aaaahhhhh!!!" y sigue gritando "Aaaahhhh!!" y no hay modo que pare "AAAAAAAAHHHH!!" y se cansa de gritar y se saca una refrigeradora de la mochila y de la refrigeradora saca leche con Corn Flakes y jamón y desayuna y dice buen provecho y sigue cayendo y entonces grita otra vez "AAAAHHHHH!!" y cuando le toca abrir su paracaídas se le sale toda la cocina, todas las ollas y los sartenes y los frijoles y mira para abajo y hay un volcán en erupción y dice "oh no, hoy si me voy a cocinar... AAAAAAAHHHHH!!!"...
Me quedé ahí con vos, cuidando tu sueño. El que casi nunca te mira dormir soy yo. Y lo extraño. Extraño todas esas cosas de niño, cosas simples, cosas cotidianas y divertidas con las que llenás mi vida.
Después de dejarte cada Domingo a las 6, el vacío que me queda es imposible de llenar hasta la próxima vez que te vuelva a ver.
Buenas noches Tigrito. Te quiero mucho.