martes, 20 de julio de 2010

Sexo, mentiras y videotape. Y manzanas.


Si vos sos como yo, seguramente hoy como cualquier otro día venís y te dirigís al frutero a escoger la manzanita que será la víctima de tu tenacidad alimenticia (dieta) y hacés el ritual de desamarrarla de su pequeña crucecita de madera donde se encuentra cual sacrificio para King Kong e invocás a los antiguos dioses primigenios jurando por los cielos y la tierra que habrás de masticarla 10 veces antes de deglutirla.

(Dios... qué oración tan larga...)

Pero justo antes de que le hinqués los dientes, ella se dirige a vos y te plantea un enigma para salvar su vida. Te dice algo entre las líneas de:

—Nosotros las manzanas poseemos el secreto para detener las catástrofes naturales, los derrames petroleros, el hambre, la pobreza y lograr la paz mundial. Y yo siendo la única manzana en el mundo que puede hablar te lo voy a revelar si me perdonas la vida. Qué dices?

—CRUNCH!!!

Después de ese encuentro tan poco habitual quizá te ponés a pensar que… posiblemente la manzana tenía razón, tal vez había un par de cosas que ignorabas sobre ella y que por precipitarte a saciar tus instintos animales, nunca te enteraste (la historia de tu vida...)

Entonces decidís cambiar, decidís conocer mejor a tu manzana. Saber más de ella. Indagar qué es lo que le gusta, que comida le hace mal, que ropa prefiere usar, conocer sus costumbres, escuchar sus fantasías mas inconfesables, sincerarte con ella y saber de una vez por todas cómo es realmente en la cama.

Hasta pensás en conocer a sus padres. Calculá.

Resuelto, te ponés en acción: Caminás hasta la sala y entonces la mirás...

Te mira.

Se miran.

Con paso decidido te acercás al frutero y notás cómo la manzanita se estremece de emoción al sentir tu proximidad. La tomás entre tus manos y le decís con tu estilo único:

—Hola.

La conexión es instantánea. Si no se hizo mermelada de manzana en ese mismo momento fue porque pusiste tu reproductor de mp3 para bailar un tango con ella por toda la cocina y no le dio tiempo. Te acercaste a inhalar su aroma...

[EN ESTE PUNTO EL LECTOR DEBE CERRAR LOS OJOS Y ASPIRAR IMAGINÁNDOSE QUE TIENE UNA MANZANA ENFRENTE. GRACIAS POR SU COLABORACIÓN.]

... como aspiradora descompuesta.

Con voz sexy y juguetona le decís decidido a propasarte:

—Manzanita... he soñado con este momento... estás tan rojita... tan linda... y tan pero tan RICA...

La manzana te da una cachetada:

*Plaf!*

—Atrevido!!

Se ríe nerviosa y sorprendida por su propio arrebato. Te ve con ojos de manzana transfigurada, extasiada...

Tu sonrisa permanece inmutable a pesar de la cachetada. El amor puede ser a veces algo rudo y salvaje...

En un arrebato de inspiración, hacés una danza interpretativa con tu manzana del video de Queen "I want to break free" en la parte que Freddy Mercury con leotardo se lanza sobre una plataforma de bailarines que ruedan por el piso para transportarlo por placeres insospechados...

Muy macho todo, por supuesto.

Pero una rápida ojeada al reloj te revela que ya es tarde para la oficina y en un impromptu decidís agarrar a tu manzana y le decís:

—Vámonos, salgamos de esta habitación.

—Suena como una letra de Soda Stereo, del disco “Nada personal” lanzado en 1985.

Esta manzana sí sabe. El destino y el universo se han confabulado... tiene que ser amor... no hay otra explicación. Amor para siempre. Vos y tu manzana van a tener unos hijos hermosos, con los cachetes colorados como manzanitas.

La metés al carro, le ponés el cinturón de seguridad y le bajás un poquito el vidrio. Y mientras vas manejando, la confundís con la palanca de cambios sólo para manosearla un poco.

—Perdón... me confundí al cambiar de velocidad...

—Pero si el carro es automático...

Llegás al parqueo y detenés el carro... y encontrás a tu manzana viendo por la ventana.

—Qué ocurre?

—No, nada.

—Decime qué te pasa manzanita... Venías tan bien y ahora puedo ver... una nube negra en tus ojos.

—Nosotras las manzanas no tenemos ojos... excepto esas que salen en los anuncios de jugos Kerns y la verdad es que son terroríficas.

—No me cambiés el tema...

—Es que... lo nuestro no puede funcionar.

—Qué estás diciendo?? Yo te quiero…

—Yo también te quiero, pero vos...

—Yo qué... terminá...

—Vós sólo me querés comer!

—Pero manzanita...

—Y después de eso me vas a dejar tirada por ahí...!!!

—No!! Yo no soy de esos!

—Claro que sí! Conozco a los de tu tipo!! Guapos, seductores, elocuentes, con un encanto indefinible, que cocinan y tienen blog!

—No manzanita... Pará...

Te bajás a toda velocidad para abrirle la puerta... sólo para descubrir que la manzana le puso seguro a las puertas y ahora está rodando hacia el asiento del piloto... ahí dónde dejaste las llaves puestas...

—Manzanita! Qué estás haciendo...!!! Te prometo que ya no vuelvo a hacer lo de Freddy Mercury pero pará...

El carro arranca y retrocede violentamente. Vos golpeas la ventana y el techo con desesperación para que se detenga. Y en efecto, se detiene. Y la manzana te ve por un segundo con tristeza y melancolía para dejarte una frase inolvidable:

—Questo post è stato fatto molto...

Ah! y en italiano...

Pisa el gas a fondo y desaparece por la rampa del parqueo, rompiendo aparatosamente la talanquera.

Vos te quedás ahí a medio parqueo como idiota atracado por una manzana, el corazón en mil pedazos, el estómago perforado por una úlcera por falta de desayuno y pensando en eso que dijo.

Exacto. Qué demonios fue eso que dijo?

—"Este post ya se hizo muy largo" —dijo una voz detrás de vos —Y tiene razón.

Volteás a ver y encontrás al conserje: un viejito vestido de gris con el pelo canado y arrugas en el rostro que denotan su extenso caminar por la vida y su vastísima sapiencia.

—Oh.

—Usted amaba a esa manzana, no es así?

—Sí. Fue poco tiempo pero... era mi manzana. Y también era mi carro...

—Déjela. Olvídela. Bórrela. Oblitérela. Seguramente ella hará lo mismo con usted y no tardará en encontrar otro banano que la haga feliz.

—Perdón?

—Las frutas deben estar con las frutas. No puede uno ir contra las leyes de la naturaleza.

Por un momento pasa por tu cabeza la imagen vaporosa de tu manzana en trocitos compartiendo un plato con un banano rebanado a lo largo cubiertos los dos por una salsa de fresa espesa y helado a la mode de vainilla con galletas a los lados en una suerte de banana split lujurioso y orgásmico...

—NOOOOOOO!!!!!!

—No pensaba hacerle el amor a una manzana... o sí?

Suspirás... Y en un segundo te recomponés y encontrás otra vez tu dignidad, tu esencia, tu estilo personalísimo:

—Nunca he estado con un vegetal en la cama. Pero sí he estado con mujeres que en la cama parecen vegetales...

El conserje ríe. Te das la vuelta y te dirigís al ascensor para desaparecer una vez más en un día laboral cualquiera.

* * *

Si vos sos como yo, has de tener mañanas… inusuales, verdad?