miércoles, 20 de julio de 2011

Revelando secretos en una postal


Tener un secreto es un peso terrible para el alma.

Los secretos crean distancia y ponen barreras a la intimidad. Un secreto te puede hacer sentir mucha soledad. Y como guardián del secreto, tenés que gastar energía en mantenerlo y estar atento en cada cosa que hacés o decís para evitar el fin de la civilización tal y como la conocemos.

Exagerado? Así se siente a veces.



Entonces te das cuenta que necesitás confesarlo, necesitás decirlo de una vez para liberarte de todo. Pero, a quién? No causarás mas daño diciéndolo que guardándolo? Te van a entender? No existe la confianza y la seguridad que necesitás cuando llega la proverbial hora de la verdad? Es que no hay quién te acepte tal cual, así de retorcido? No hay redención ni siquiera escribiendo tus secretos en ese correo que nunca enviaste o en ese .doc que está en tu skydrive/documents?

Siempre hay redención. Y la tuya puede venir en la forma de una simple postal.



Personas de todo el mundo escriben sus secretos en postales hechas a mano y las envían anónimamente a PostSecret. Ahí podés leer los secretos más inconfesables, desde los amores más prohibidos, los intentos de suicidio, las confesiones sexuales, hasta esas pequeñas manías que tenemos y que jamás vamos a admitir.



Sin embargo lo especial de PostSecret es que al leer todos esos secretos te sentís más humano, más cerca de las personas, te hace entender, te hace sentir una muy necesitada compasión y ternura por los demás.



Y cuando estas sintiendo eso, te das cuenta que tu secreto está ahí. En palabras de alguien más quizá, pero que siente lo mismo y que refleja exactamente eso que estás sintiendo muy dentro de ti. La ternura y la compasión se extiende ahí, donde la necesitás, en el momento exacto.

No estás solo. Alguien, en alguna parte, está pensando en vos y te está entendiendo. Esa es tu redención.