Cuando sos el terrorista más notorio de tu país, hay una gran probabilidad de que te caigan 2 bombas de 500 libras mientras estás viendo Bob Esponja en el Nick.
Pues eso fue exactamente lo que le pasó la noche del miércoles a Al-Zarqawi en Iraq. El pobre nunca supo si al fin Plankton se robó la receta para hacer la Cangreburguer, sólo quedaron sus zapatíos echando humito frente a la tele.
"Y a mi qué me importa que hayan matado a ese pisado?" te estarás diciendo.
Pues de seguro lo recordarás en aquel tristemente célebre video dónde interpreta al fulano con el cuchillo decapitando a Nicholas Berg (el primero de muchos de ese género fílmico). En esa ocasión me acuerdo que pensé "Cómo es que tienen los huevos para hacer eso? y encima filmarlo!!??" Me puse triste y me quedé sin hambre hasta la hora del almuerzo.
Pues no cabe duda de que lo que uno hace, eso le regresa.
O, como en este caso, le cae del cielo.
Entre otros detallitos encantadores de este hombre están el haber decapitado a un japonesito, un turco, dos búlgaros, un coreano y algunos funcionarios iraquíes (Qué onda con estos terroristas que solo cortar ayotes son?), matar a 35 niños y a 7 soldados gringos que les repartían dulces durante la inauguración de una planta de tratamiento de aguas negras, poner bombas en mercados de Baghdad, etc.
Un terrorista menos... ah... se me antojó un pastel de queso.