Después de la oficina solíamos pasar al McCafé a tomar té chai, que era como tomar sopa de mueble por el sabor a madera que te deja.
Ahora las cosas son muy distintas pero qué curioso, cuando voy a al McCafé lo que tomó es té chai.
Tengo muchas cosas y razones para darle gracias a Dios:
Gracias por permitirme ver a mi hijo graduarse
Gracias por permitirme ver a mis amigos, aunque algunos ya se nos adelantaron.
Gracias por mi familia.
Gracias por estar completo y sano.
Gracias porque, a pesar de tener algunas diferencias irreconciliables, puedo estar en buenos términos. La madurez es un regalo de Dios.
Gracias por Mercury y Cerati. Gracias por toda la música.
(Gracias también porque no me hiciste motorista)
Gracias, gracias, gracias.
PD
Y siempre toda mi vida voy a estar agradecido porque esa bala perdida me dio a mí y no a ti. El golpe del rebote de la bala en la nuca hizo que se me durmiera el cuerpo pero si me hubiera quitado tan sólo un segundo a ti te hubiera dado en el rostro. Gracias a Dios no ocurrió. Nunca me hubiera podido perdonar si te hubiera pasado algo.
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