Era un señor como de 60 años que se apareció en mi ventanilla
Los ojos pequeños
el rostro curtido y lleno de arrugas
pero sonriente
Tenia puesto un saco de cuadritos muy muy viejo
y una gorra que en otros tiempos hubiera sido blanca
"Caleidoscopios, joven", dijo
Lo tomé sin pensar y le empecé a dar vueltas y vueltas
"Los caleidoscopios son aparatos bien especiales", me dijo
"A través de él se pueden ver un montón de cosas...
se pueden ver flores...
Insectos que no existen en la tierra
Galaxias nunca antes vistas...
En el caleidoscopio sólo aparecen cosas buenas
Uno no puede ver nada malo ahí
Y si uno está enojado o de mal humor
y se pone a ver un caleidoscopio en la sala de su casa,
se calma..."
Sonreí
Sí, para eso sirve un caleidoscopio
Es curiosa la sencillez de los tesoros para el alma...
Me detuve a examinarlo:
Estaba hecho a mano
La cajita del caleidoscopio estaba forrada con papel de regalo
Se podía leer "Happy Birthday"
Y la tapa semitransparente estaba hecha con un trozo de alguna bolsa plástica
Era el invento más maravilloso que te pudieras imaginar
Se lo compré inmediatamente y me dijo
"No lo vaya a regalar, es sólo para usted"
Se despidió y se fue
y me quedé pensando en lo curioso del encuentro
en las flores
las galaxias
y la poesía que lleva en el alma un viejito de 60 años
que vende caleidoscopios hechos a manos en la zona 1...