Después de estar lavando durante días y días montañas y montañas de trastos me di cuenta de una terrible pero rotunda realidad:
Tengo muchos trastos
Cuando necesito algo simplemente lo saco y no pienso en las apocalípticas consecuencias de mis acciones irracionales
Un vaso? Aquí está. El plato de las Zucaritas? Tómelo sin pena. La taza para el té? ADELANTE... Cuchillos, tenedores, cucharas... agarre, AGARRE SIN PENA - ya podía escuchar claramente la vocecita de la vajilla que me hablaba...
NOOOOO qué estoy haciendo!! ATRÁS BESTIA DEL DEMONIO, que después tendré que expiar mis culpas con agua y jabón!!!
Caí como muerto en el piso de la cocina y después de enjugar mis lágrimas con mi gabacha, vi la luz:
El mejor trasto para lavar es aquel trasto que no existe
Así es: Todo este trasterío es pura vanidad - no necesito tantos trastos. Acaso no se puede contentar mi corazón con una cuchara y un plato (de preferencia ancho y un poquito hondo)?
Así que con mucha humildad, agarré todos mis tratos y los escondí. De mí.
Nadie sabe que están en la gaveta de las ollas, y el que lo sabe, no hablará
...
...
...
*