martes, 25 de octubre de 2005

Mi día con el Tigrito



Te cuento que nuestro día juntos fue uno de los mejores días de mi vida. Vos llegaste a McDonalds con tu mamá y cuando te vi me dio vuelta el corazón, tenía tanto tiempo de no verte Tigrito! tu piecito estaba curado de la operación que te hicieron hace 4 meses y corriste directo a la piscina de pelotas a zambullirte...

Luego nos fuimos en el carro al teatro y en el trayecto me contaste sobre tu GameCube y me enseñaste los secretos para pasar las pantallas de los 4 fantásticos, saludamos a los payasos que iban en el payasimovil ("payasimovil? hahaha!", te reiste) y me aclaraste que no era Ronald el que iba manejando, sino el primo de Ronald.

En el teatro gritamos, pataleamos y aplaudimos por todo (los demás padres nos miraban de reojo), alertamos a Martin la cebra de que se lo iba a comer Alex el león ("Cuidado!!, Cuidado!! Corree, Nooooo!!") y aunque nos quisieron callar (shhhh!!) los demás niños se nos unieron y se armo relajo general en la audiencia...

Y al intermedio salimos a comer Ruffles y a tomar Coca, examinamos las réplicas de las estatuas famosas del teatro y si, yo también creo que alguien botó la Victoria de Samotracia y por eso no tiene cabeza. Te tomé un montón de fotos y regresamos corriendo justo cuando dijeron que faltaban 2 papás con sus hijos sobre el escenario. Nos subimos corriendo, te dieron un globo y nos preguntaron nuestros nombres... y nos informaron que teniamos que bailar... me miraste como diciendo "que QUÉ?? bailar??, aahh...". Empezó la música "Quiero mover el bote" y mientras todos los demás concursantes bailaban, nosotros jugábamos voleibol en el escenario con el globo. Igual nos ganamos los dos botecitos de "Resistol".

Cuando terminó la obra, te levantaste de tu lugar, yo estaba sentado aún y extendí mis brazos... y vos te me tiraste encima a abrazarme... "Te quiero mucho"... en verdad no me lo esperaba, me quedé perplejo y sin poder articular nada, mi corazón como una hoja de papel estrujándose y como pude, torpemente, te abracé también y el piso se distorsionó por el agua se que agolpaba en mis ojos. "Yo también Tigrito!!..."

Después fuimos al zoo y cuando se te cayo la paleta helada de limón que te comías con tanto gusto, hiciste una cara amarga y lloraste. Mi niñito, estás chiquito todavía! Te limpié las manos y las lágrimas y nos fuimos a ver a Martin la cebra para que te sintieras mejor. Con tus manitas tomaste la cámara y tus deditos averiguaron como era que se tomaban las fotos y, aunque llenaste de Ruffles el lente, los animales te quedaron centrados y perfectamente enfocados. Sos un experto fotógrafo!

Luego nos fuimos a los juegos y yo te miraba embelesado, cómo dabas vueltas y saludabas en el tren, en las naves espaciales y en los carritos chinos con dragones de buena suerte... y si, he de confesarte que al correr junto a vos en los carritos chinos tropezé con el cable y desconecté sin querer el juego... pero igual vos te bajaste, me diste la mano y nos alejamos de ahí...

Al final de la tarde, te llevé a vos y a tu mamá a tu casa. "La pasaste bien?" te pregunté. "Siii!!!" dijiste, "a ver cuando venís a mi casa y jugamos GameCube, o jugamos otra cosa". Si Tigrito, algún día, tal vez.

Te alejaste de la mano de tu mamá y antes de cruzar la calle saludaste y me gritaste "Te quiero mucho!"

Yo también te quiero mucho, Tigrito.