—Hola
—Hola —dijo ella en el teléfono.
—Qué estás haciendo?
—Aburriéndome...
—Qué te gustaría hacer?
—Salir... Me gustaría ir al cine... a ver cualquier cosa... pero salir porque estoy aburrida...
—Ok, entonces vamos.
Ella se rió.
—Sí, claro...
—Vamos a estos cines, te quedan cerca —continuó él.
—Esos son muy feos.
—Ok, bueno, vamos a otro lado entonces.
Ella se volvió a reír y con más ganas.
—Estoy aquí afuera —dijo él.
La risa se cortó instantáneamente y hubo una pausa larga, bien larga.
—Hola?
—Estás aquí?
—Sí, estoy aquí.
Otra pausa más larga todavía...
—Estás bien?
La voz de ella cambió.
—No lo sé... No sé si ir, si no ir, si decirte que te vayas o qué.
Estaba muy nerviosa y sorprendida
Y él estaba en el cielo, disfrutando cada segundo. Era maloso.
—No sientes que te estás arriesgando mucho? —le preguntó ella.
Él sonrió.
—No, claro que no.
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